
Biografía

En mi quehacer pictórico, "No busco, encuentro" como decía Picasso. En mi pintura afloran los signos, los símbolos: emergen de lo más profundo del inconsciente elementos traídos de épocas remotas, guardados en la memoria colectiva alimentada ha miles de años por individuos de nuestra raza humana.
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La mayor parte de mi obra no ha sido conscientemente pensada, ya sean los bocetos o las pinturas terminadas, expresan imágenes capturadas por la mente profunda, de otros espacios, con intuición, en trance hipnótico superficial, con hemisferio derecho y realizadas al modo derecho, según la corriente romántica, lírica, no clásica.
La ciencia afirma según descubrimientos de mediados de este siglo, que los dos hemisferios cerebrales funcionan independientes e interconectados: procesan información de diferente modo. Tales teorías están revolucionando los sistemas actuales de educación y psicoterapia e irán involucrando otras ciencias y actividades del hombre.
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Los seres humanos somos canales a través de quienes se expresa la naturaleza, la vida. Somos signos de nuestro tiempo, igual que nuestra obra.
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Mi pintura documenta diferentes etapas, corrientes y estilos de la historia del arte, sin embargo, por su temática, su factura, técnica y la experimentación con los materiales expresa su momento histórico. Por ser figurativa, no es de fácil comprensión.
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Invito al expectador a observarla detenidamente y dejarse tomar por ella; mirarla con desatención y dejarla llegar al inconsciente para que hable el símbolo nacido "del espíritu para el espíritu" (JUNG), sintiendo sin pensar. Tal vez, así, entrarán en concierto cuatro cerebros, los tuyos espectador y los míos.
MARFE 1997